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GANÓ VENEZUELA



Por: Efraín Marino

@corprensacol

Hoy 4 de agosto, según la ley 918 de 2004, del Congreso de la República de Colombia, se celebra el día del Periodista, en homenaje al prócer y primer periodista político Antonio Nariño; quién en 1793, en su imprenta patriótica, editó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, extraída de la Revolución francesa, un documento prohibido por su carácter progresista y revolucionario, lo que le costó ir a prisión.

Sin embargo hoy no es un día para celebrar, pues tales derechos reclamados y defendidos hasta con la vida por muchos mártires, siguen siendo pisoteados, vulnerados, violados y hasta negados a plena luz del día y en acto público y democrático, como sucedió hace ocho días con las elecciones en Venezuela.

La voluntad del pueblo venezolano se demostró en las urnas y masivamente asistió a ejercer su derecho humano y ciudadano de elegir y ser elegido, sin importar que las garantías y condiciones se habían fraguado con anticipación de forma adversa, comenzando con la inhabilidad por 15 años de la candidata natural de la oposición María Corina Machado, lo que fue un duro golpe, pero se superó al postular el sucesor y líder diplomático Edmundo González Urrutia; tampoco se le permitió el ingreso a las comisiones de veeduría internacionales de los países en oposición abierta, no se permitió que los migrantes venezolanos en otros países del mundo pudieran votar en los consulados, pues no aparecían en los registros aptos para votar, y luego en una serie de denuncias de fraude electoral, esas mismas personas aparecían votando en Venezuela; en otro video viral militares se roban a la fuerza, las urnas de votación en los lugares donde claramente ganaba la oposición, dejando en manifiesto una serie de delitos y crímenes electorales cometidos bajo la impunidad de la fuerza de un gobierno dictador y la indiferencia de la comunidad internacional.

El día de las elecciones, faltando pocas horas para cerrar las votaciones, el preconteo a boca de urna, daba como ganador al líder Edmundo González con un porcentaje superior al 67%, y en segundo lugar al cuestionado candidato Nicolás Maduro con un 30%, pero horas después de emitidas las actas finales, que se han convertido en el “florero de Llorente” venezolano, pues aún no se han presentado ante la comunidad, como exige la ley; el CNE Venezolano da un comunicado oficial declarando al candidato Maduro, como el ganador por tercera vez consecutiva con un porcentaje del 51%.

Esto conlleva a una protesta y estallido social inevitable, la gente sale a las calles a reclamar y validar su voto, miles son detenidos de manera violenta, torturados, golpeados y otros son vilmente asesinados a sangre fría como escarmiento para que no se atrevan a levantarse contra el gobierno usurpador. Los medios de comunicación, la comunidad internacional, la veeduria ciudadana, son amordazados bajo la impotencia de las amenazas y convenios económicos y/o políticos o sencillamente por la fuerza del más grande y poderoso.

Algunos países valientes, reconocen al candidatos Edmundo González como el presidente legítimo de Venezuela, pero esto poco o nada le importa el dictador maduro que sigue con su discurso de odio y charlatán de “El que se mete con maduro se seca”; y para mayor indignación los líderes de países como México, Brasil y Colombia, dan su respaldo al señor Maduro, cual corte de vasallos vendidos al mejor postor, permitiendo en la complicidad, que el fraude evidente, se ratifique cada día que pasa.

Pero si por allá llueve, por acá no escampa, en nuestro país la violación de los derechos humanos, son el pan de cada día, basta con ver las noticias en el cauca o en los rincones olvidados del territorio nacional, allí manda el que más poder tiene, se impone la ley del más fuerte, “Yo soy grande y usted es pequeño” y no tiene ninguna posibilidad de protestar. Las fuerzas militares son cada vez más debilitadas y desarmadas, mientras que la delincuencia y grupos al margen de la ley; son fortalecidos con leyes, acuerdos, amnistías, subsidios y hasta contratos que parecerían un mal chiste pero es la realidad.


Para finalizar esta editorial, hacemos un llamado a los hermanos venezolanos a no bajar las manos, a no rendirse y dar la pelea… la libertad de Venezuela ya se dio en las urnas y se debe ratificar en las calles… No están solos, millones de personas en todo el mundo están con ustedes, pero la lucha debe darse y demostrar con sangre si es necesario que GANÓ VENEZUELA !!!

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