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En Conmemoración del Día Mundial de la Libertad de Expresión: A los que silenciaron, para que hoy podamos hablar.

Por: Efraín César Marino Rincón

Presidente de Corprensa Colombia

@corprensacol



El próximo 3 de mayo, el mundo se une para celebrar el Día Mundial de la Libertad de Expresión, fecha en la cual recordamos la esencia vital de este derecho que trae consigo una responsabilidad intrínseca en una era digitalmente conectada, por tal razón la libertad de expresión adquiere nuevos matices y enfrenta nuevos y actuales desafíos.


La libertad de expresión, mide el pulso de una sociedad democrática, permitiéndonos compartir nuestras ideas, debatir y crecer colectivamente. Es el cimiento sobre el cual construimos nuestros sueños y aspiraciones compartidas; donde podemos exigir nuestros derechos, pero respetando los de los demás. Es por ello que en este viaje conceptual, nos encontramos con espacios de participación y de expresión, que antes no existían. Los contenidos en redes sociales y plataformas digitales nos brindan una voz global, pero también nos exponen a la desinformación y “Fakenews”, al odio en línea o a ser victima de “Haters”. A veces, pareciera que luchamos en un campo de batalla cultural por la verdad y la comprensión.


Hoy; quienes luchan por el derecho a expresarse libremente, llevan una diana en sus frentes, valientes periodistas, incansables activistas, líderes de grupos poblacionales o diversos y visionarios rebeldes, estos renegados enfrentan peligros reales y represión por alzar su voz contra la injusticia y la opresión, su coraje nos recuerda la importancia de proteger este derecho humano universal. Esto nos inspira e invita a que tengamos un papel mas protagónico, ya sea apoyando a los medios independientes, alternativos, comunitarios y locales, que llegan a las bases de la sociedad; compartiendo información precisa y verificada, o simplemente escuchando con empatía a aquellos que piensan diferente, todos podemos contribuir a fortalecer esa libertad.


La libertad de expresión no es sólo un articulo legal de una declaración universal, es la habilidad que nos diferencia de la raza animal, es la esencia misma de la humanidad, nos une en nuestra diversidad, nos desafía a pensar analíticamente y nos invita a buscar un mundo donde todos puedan hablar sin miedo.


Este 3 de mayo es el Día Mundial de la Libertad de Expresión y celebramos nuestra capacidad de no compartir y disentir lo que otros piensan y dicen, pero al mismo tiempo defendemos ese derecho que tienen de hacerlo. Porque finalmente es nuestra expresión lo que nos hace verdaderamente libres. En suma, quiero usar estas líneas, para recordar a algunos caudillos y mártires en la defensa del derecho constitucional de la libertad de expresión.


En la historia del periodismo, miles de nombres van más allá de las noticias judiciales y titulares de la crónica roja; son símbolos del coraje y la dedicación a la verdad. Estos valientes periodistas, enfrentaron desafíos de poder y trágicamente pagaron el precio más alto por defender tal libertad: Su propia vida.


Anna Politkóvskaya, fue una voz en Rusia, desafió al gobierno de Putin con su cobertura de la guerra en Chechenia. A pesar de las amenazas constantes, se negó a callar, hasta que en 2006 fue silenciada para siempre por una bala. Su sacrificio es un recordatorio sombrío de los peligros que enfrentan aquellos que desafían el poder.


El periodista saudí Jamal Khashoggi, se convirtió en la sal en la herida, del régimen saudí al criticar abiertamente su liderazgo. Su denuncia le costó la vida en 2018, cuando fue brutalmente asesinado en el consulado saudí en Estambul. Su muerte indignó al mundo y puso en la vitrina una vez más, la cruel realidad que enfrentan los periodistas independientes.


Javier Valdez Cárdenas, era más que un reportero mexicano; fue una voz valiente que desafió al narcotráfico y la corrupción en su país. Su trabajo investigativo en el semanario “Ríodoce” y “La Jornada” fue un faro de luz en la oscuridad. Pero en 2017 su vida fue arrebatada en un macabro acto de violencia en Culiacán, Sinaloa.


El 13 de agosto de 1999 Jaime Garzón fue asesinado por sicarios en Bogotá, Colombia; cuando se dirigía a la emisora Radionet. Su asesinato silenció a una voz que por medio del humor hacía fuertes críticas políticas.


Estos son sólo algunos nombres; de los miles que han muerto y que representan mucho más que grises estadísticas; fueron héroes que lucharon por un mundo con justicia, su legado nos recuerda la importancia de proteger la libertad de prensa y de no dar por sentado el derecho fundamental de expresarnos libremente. En su memoria, y en la de muchos más que anónimamente defienden este derecho; continuaremos luchando por un mundo donde la verdad brille sin miedo y donde las voces de todos sean escuchadas y respetadas.


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